Por F. Javier Molano Higuero
La periostitis es una de las lesiones más conocidas en el mundo de los corredores.
La periostitis , como su nombre indica (periost – itis), es la inflamación del periostio, que es un tejido que separa al hueso del músculo. Afecta a la espinilla que está localizada en la parte inferior de la tibia.
El síntoma es un dolor difuso, con molestias e hinchazón en la parte inferior interna de la espinilla. El dolor sólo aparece al correr o saltar, desapareciendo al estar parados. Lo más normal es que aparezca en las dos piernas, aunque puede aparecer en una.
La periostitis aparece por un exceso de trabajo de las tibias en los trabajos de carrera y saltos. Al amortiguar las caídas de los saltos y de los pasos de carrera, la musculatura de la pantorrilla comprime el periostio contra el hueso, y si se abusa de estas actividades se produce una irritación en este tejido.
Otra causa sería el excesivo crecimiento de la musculatura de la pantorrilla (gemelos, tibiales, peroneos), pues también contribuye a comprimir el periostio con el hueso.
Un golpe fortuito en la espinilla también nos puede dañar la zona y provocar periostitis.
Lo normal, en el caso del corredor, es que la periostitis aparezca, como se ha dicho antes, por un abuso de los impactos de los pies con el suelo. Estos producen un esfuerzo y una tensión que las tibias deben absorber. Los impactos con el suelo serán más violentos sí:
- Corremos por asfalto, pista o superficies muy duras
- Usamos calzado de suela dura.
- Tenemos una pisada en el suelo al correr defectuosa (pies cavos, planos, etc).
- Tenemos un exceso de peso(cargamos más peso en la pisada).
- Exceso de trabajo de carrera o saltos.
- Variar muy bruscamente cualquiera de los anteriores.
La periostitis, al igual que el resto de las lesiones, se puede ver como una señal de que estemos entrenando mal o más de la cuenta.
La periostitis , como su nombre indica (periost – itis), es la inflamación del periostio, que es un tejido que separa al hueso del músculo. Afecta a la espinilla que está localizada en la parte inferior de la tibia.
El síntoma es un dolor difuso, con molestias e hinchazón en la parte inferior interna de la espinilla. El dolor sólo aparece al correr o saltar, desapareciendo al estar parados. Lo más normal es que aparezca en las dos piernas, aunque puede aparecer en una.
La periostitis aparece por un exceso de trabajo de las tibias en los trabajos de carrera y saltos. Al amortiguar las caídas de los saltos y de los pasos de carrera, la musculatura de la pantorrilla comprime el periostio contra el hueso, y si se abusa de estas actividades se produce una irritación en este tejido.
Otra causa sería el excesivo crecimiento de la musculatura de la pantorrilla (gemelos, tibiales, peroneos), pues también contribuye a comprimir el periostio con el hueso.
Un golpe fortuito en la espinilla también nos puede dañar la zona y provocar periostitis.
Lo normal, en el caso del corredor, es que la periostitis aparezca, como se ha dicho antes, por un abuso de los impactos de los pies con el suelo. Estos producen un esfuerzo y una tensión que las tibias deben absorber. Los impactos con el suelo serán más violentos sí:
- Corremos por asfalto, pista o superficies muy duras
- Usamos calzado de suela dura.
- Tenemos una pisada en el suelo al correr defectuosa (pies cavos, planos, etc).
- Tenemos un exceso de peso(cargamos más peso en la pisada).
- Exceso de trabajo de carrera o saltos.
- Variar muy bruscamente cualquiera de los anteriores.
La periostitis, al igual que el resto de las lesiones, se puede ver como una señal de que estemos entrenando mal o más de la cuenta.
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